La nueva
ciencia de la humanidad es el control, aunque la gente cree que vive regida
justamente, te das cuenta que realmente estamos en total control, siendo
vigilados y moderados todo el tiempo, es verdad que este control es necesario
para que la humanidad no se salga de control, pero a veces este control es
demasiado fuerte más cuando este medio es usando por el mimo pueblo de una
forma cruel, veremos un ejemplo de este mal.
La adolescente
canadiense, cuyo rostro aparece oculto en la imagen, sostenía una pila de
tarjetas con mensajes escritos con un marcador negro. “He decidido contarles mi
historia sin fin”, decía la tarjeta que Amanda Todd sostenía en sus
manos.
Hasta
aquí el observador no tiene idea de que va a embarcarse en un viaje agónico,
uno que ocasionó que la premier de Columbia Británica emitiera una seria alerta
contra el bullying; un viaje que ha dado origen a una página de Facebook,
en la que miles de personas han dejado sus comentarios y expresado sus
condolencias.
En el
video, en blanco y negro, y sin audio, la adolescente pasaba una tras otra las
tarjetas. Cada tarjeta sumía dolorosamente al espectador en la angustia que
muchos adolescentes han vivido en carne propia.
La
tarjeta que la adolescente sostenía decía: “Cuando estaba en séptimo grado, me
veía con mis amigos a través de una webcam”. En las siguientes tarjetas se
revela que la adolescente empezó a atraer la atención de personas que dijo no
conocer. Personas que le decían que era hermosa, impactante, perfecta. “Querían
que les mostrara mis senos. Así lo hice un año más tarde”, se leía en las
tarjetas.
La
adolescente recibió un mensaje de un desconocido en Facebook, quien le dijo que
si no enseñaba más partes de su cuerpo, publicaría las fotos topless que le
había tomado. “Sabía mi dirección, quiénes eran mis familiares, amigos,
nombres…”
Durante las
vacaciones de Navidad, la policía fue a su casa para informar que las fotos se
habían enviado a “todos”. Mostró la siguiente tarjeta muy cerca de la cámara.
“Luego me enfermé gravemente: sufría ansiedad, una fuerte depresión y ataques
de pánico. Empecé a consumir alcohol y drogas”.
Dice que
luchó contra la ansiedad y que durante un año casi no salió. El mismo hombre
volvió a aparecer en una página de Facebook en la que mostraba las fotos
topless en su perfil. “Lloraba todas las noches, perdí a todos mis amigos y el
respeto de la gente… otra vez…”
Fue
acosada y sintió que nunca podría borrar esa foto. Empezó a cortarse, una forma
de castigarse que, de acuerdo con los psicólogos, es una conducta de control de
impulsos que acompaña a ciertas enfermedades mentales.
Durante
los recesos, comía sola hasta que se cambió de escuela. “Las cosas mejoraban,
aunque seguía sentándome sola”, decía la siguiente tarjeta. “Luego de un mes
empecé a hablar con un viejo amigo”. Pensaba que ella le gustaba aunque sabía
que tenía novia. Un día él le pidió que fuera a verlo porque su novia estaba de
vacaciones. “Y fui… grave error… Pensé que le gustaba”. Una mano temblaba
mientras sostenía las tarjetas; con la otra enjugaba una lágrima de su rostro.
Una
semana más tarde, la novia de su amigo se presentó en su escuela junto con
otras 15 personas. Se reunió una multitud mientras la novia le gritaba que
nadie la quería. “Un tipo gritó: ‘Golpéala’…” La golpearon y cayó al piso. “Me
sentí como una tonta, pensé que nadie se merece esto”, dice la siguiente
tarjeta. “Los maestros llegaron corriendo, pero yo me fui, me tiré en una zanja
y luego mi papá me encontró”.
Cuando
llegó a casa, bebió cloro. “Me sentía fatal, de verdad pensé que moriría”. La
llevaron de urgencia al hospital para sacar los químicos de su cuerpo. Puso la
siguiente tarjeta muy cerca de la cámara para que el espectador no pudiera
verla, sino sólo leerla: “Cuando llegué a casa, lo único que decía en Facebook
era: ‘Se lo merecía; ¿te quitaste el fango del cabello? Espero que esté
muerta”.
Se mudó
con su madre a otra ciudad, a otra escuela. Sin embargo, su pasado la
persiguió. “Habían pasado seis meses, la gente me etiquetaba en fotos de
blanqueador, cloro y zanjas... Todos los días me pregunto por qué sigo aquí”.
Su
ansiedad empeoró y se cortaba aún más; a pesar de la terapia y los
antidepresivos, fue trasladada de nuevo al hospital a causa de una sobredosis.
La última tarjeta dice simplemente: “No tengo a nadie. Necesito a alguien. Mi nombre es AmandaTodd”. El video ha llamado la atención de muchas personas, incluyendo a la premier de Columbia Británica, Christy Clark.
La última tarjeta dice simplemente: “No tengo a nadie. Necesito a alguien. Mi nombre es AmandaTodd”. El video ha llamado la atención de muchas personas, incluyendo a la premier de Columbia Británica, Christy Clark.
“Nadie
se merece ser acosado. Nadie se lo gana. Nadie lo pide. No es un rito de
iniciación. Elbullying debe parar. Todos los niños deben sentirse seguros
en la escuela”, dijo Clark en un video publicado en YouTube el jueves.
La
policía de la Coquitlam, zona conurbada de Vancouver, dijo que el
miércoles encontraron el cuerpo de Amanda Todd en su casa. Se quitó
la vida. Tenía 15 años.
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